Gracias, Mujer...

Gracias,
Mujer de pies pequeños pero valientes.

Eras tú quien ensayaba a escondidas con tacones de cristal a ser la princesa que te merecías ser y Eras tú quien abrió sus mentes con el filo de tu dolor. Inocencia despojada por mentes afiladas... merecías ser comprendida, merecías ser querida, joder!! Te merecías la Luna... joder... ¿Por qué?

Merecedora de una alfombra de besos para caminar descalza sobre ellos, y sin embargo, alfombras llenas de espinas es lo único que encontraste en tu camino. Alfombras donde arrojaron gritos, insultos y sufrimiento... males por los cuales, pisando fuerte, echaste a correr y tomaste el impulso suficiente para abrir tus alas y volar... volar lejos...

¿Por qué la suerte también te dio de lado? Un cielo que se cubrió de un gris amenazante... se que aguantaste mi reina, se que aguantaste... pero tus alas ya guardaban demasiado peso debajo como para soportar la lluvia. Caíste, por lo que me dijeron, con una sonrisa en los labios y mi nombre dibujado en tus ojos...

Tu rostro a fuego en mi pecho me queda de ti. Y rostros culpables que acompañan miradas agónicas al verte tatuada en mi alma. Sabes que me apartaron de ti, dime que lo sabes, por favor... Aún recuerdo como siendo un bichito, me escondía para luego meterme en tu habitación, entre tus brazos... y verte dormir. Perdóname no haber ido a verte descansar a lo que ahora llaman tu cama. Para mí, aún surcas los cielos...
Tu te llevaste las espinas del camino para dejarme las rosas por las que ando. Más lejos no puede estar y más cerca que nunca te siento. Te quiero, espero que no lo olvides... porque te quiero.

"Tu hijo" (... tita).