Juego de uno, para dos
A la izquierda...
Nunca descubrió que el no-saber-sentir no era más que no poder o no querer creerse y expresar lo que siente. Su gran arma era soplar a las brasas al tiempo que sus lágrimas las apagaban... A veces, soplaba más fuerte... otras, reprimía menos su llanto.
Un egoísmo ciego que no veía más allá de las líneas que trazaba su mente... un laberinto cada día con más caminos, más opciones, más dudas... pero aún sin salida.
Mientras tanto... a la derecha,
Dentro, abrumado... había días que necesitaba creer en que un mundo tan oscuro debía abrirle el camino al brillo eterno de sus ojos. Había días que tumbado, encogido, no podía más que mirar sus pies, sus manos, su piel desnuda, su corazón vulnerable acorralado entre su amor y la pared. Había días que nunca sabrá que fueron días porque no quería ser consciente del tiempo.
Por ello...
Por un mundo sin marionetas
Por un mundo de dolor a corto plazo
Por un mundo donde poder elegir
Por un mundo... Por humanidad
Un egoísmo ciego que no veía más allá de las líneas que trazaba su mente... un laberinto cada día con más caminos, más opciones, más dudas... pero aún sin salida.
Mientras tanto... a la derecha,
Dentro, abrumado... había días que necesitaba creer en que un mundo tan oscuro debía abrirle el camino al brillo eterno de sus ojos. Había días que tumbado, encogido, no podía más que mirar sus pies, sus manos, su piel desnuda, su corazón vulnerable acorralado entre su amor y la pared. Había días que nunca sabrá que fueron días porque no quería ser consciente del tiempo.
Por ello...
Por un mundo sin marionetas
Por un mundo de dolor a corto plazo
Por un mundo donde poder elegir
Por un mundo... Por humanidad
Nunca digas que no sabes lo que sientes cuando te pregunten
¿Qué sientes por mí?
... Por Humanidad...